Desesculturas

Desesculturas
He intentado hacer obras de maestros como: Rembrandt, Giacometti, Velázquez, Sorolla, Monet, Rubens, de Michelena, Cristóbal Rojas, Asdrubal Colmenarez, Vigas, Manzur, un Soto, Motherwell, un Cruz Diez, un Rauschenberg, un Negret, un Otero, un Calder, Gego, Oteiza, Chillida, Pollock, Serra, Bursztyn, de Pomodoro, Tatlin, Tapies, del Hombre del Anillo, Salvador Valero, Josefa Sulbaran, etcétera, y sólo me salen Granadillo por todos lados, así que me conformo con Internet y el egoísmo desescultórico.

sábado, 28 de octubre de 2023

Extracto del Poemario Pesimista "Amor Platónico" y narraciones ficticias

 

Amor platónico

 15/12/2015

 

Hoy vengo a hacer el amor

Alguien tiene que hacer algo más

Que escucharme hoy,

Alguien dispuesta y no lo aparente,

 

Hoy vengo seguramente de imprevisto a hacerle el amor a alguien

Tengo por cómplices y autores intelectuales: 

A la luna, las estrellas, el viento y el silencio

 

Vine a hacer el amor

Entre el clamor silencioso que me rodea y me es ajeno

Lo doy por hecho

Un tiro al piso seguro

Un escupitajo de chimó

 

Hoy vengo dispuesto a todo

Vengo a causar escalofríos

A provocar excitación sin tacto

 

Hoy vengo todo dispuesto

Tengo tiempo preparándolo todo

He canalizado y controlado mi impulso animal

Pero sólo hoy,

 Mañana vuelvo a ser, lo mismo

 

Vengo a amar a alguien

Pero no a cualquiera

Sino, una dispuesta

A lo distante e indirecto

Al abrazo de la naturaleza

A la caricia de mi letra

Hoy vengo contra mí

Y para ella,

Alguien que me acepte sin reparos

Estoy dispuesto a sacrificar mi presencia

Con la naturaleza si es preciso

Para no ofenderla

 

Hoy vengo dispuesto a amar

Presto a incitar risas

Que disimulen mi clamor

 

Hoy estoy como les digo: Listo

Pero no tengo apuro

Faltan muchos rivales antes y después que yo

Fuertes, directos y atentos poetas

 

Todo es propicio

Que se apure el ocio

Que se apuren los poetas

Que lo haga el viento

Que pase lenta la noche que lo controla todo

 

Hoy vengo a eso

A satisfacer la necesidad natural,

Aunque no la pida y sólo yo la aclame

 

Estoy dispuesto a correr el riesgo,

A estrellarme mejor que un 747,

O volverme un planeador

 

Hoy le ligo al amor

Pero ella no lo sabe

Usaré palabras sencillas y no rebuscadas

Trataré de ser original

Aunque el chino me delate

 

Hoy vengo a hacer el amor

No me canso de repetirlo

El tiempo es propicio

Y estoy de acuerdo

Sólo falta ella

 

Hoy es el día o la noche

La buscaré quizás entre el amor ajeno, el celo y la confianza

Entre los que seguro destacaré

 

Sólo voy a separar de mí, aunque sólo hoy,

 Triunfos y alegrías

De fracasos y tristezas

 

Voy a hacer el amor

Voy a hacer infiel nuevamente

Pero esta vez a bocajarro

 

La elegida debe mirarme fijamente,

Como una Barbie:

Incólume, indiferente, tensa

Por mi magnetismo

 

Hoy vengo a eso

A magnetizar el encuentro con el amor ajeno

Uno platónico y veloz

Uno para compartir momentáneos triunfos

E ignorar largos fracasos

 

Uno donde hable de incontables conquistas

Y no lo aparente ni experimente

 

Hoy vengo a hacer el amor

Y luego tal vez verla caminar

Haciendo camino

Hazme el amor de lejos

Uno desinteresado y raro

Con intermediarios naturales

Uno que sólo yo entienda

Uno que haya soñado

 

Hazme el amor de lejos

Que las miradas lo atestigüen

Aunque se contradigan

 

Hazme el amor jeva aunque no seas consciente

Sólo robaré tu atención

Será suficiente

 

Denme un trago

Para ahogar mis equívocos vitales

Hoy estoy dispuesto a remediarlos

Pero sólo hoy, mañana es tarde

                                                                    Como siempre

 

En poco tiempo

 

La mañana del martes 23 de septiembre del 98 sucedieron los hechos que narraré a continuación y que infortunadamente han reincidido: Vivo con mi esposa y mi hijo en una casa del siglo XIX colmada de inolvidables recuerdos que datan de la época de mis tatarabuelos quienes la construyeron con mucho esfuerzo pensando en su familia, está ubicada un pueblo que se encuentra en Venezuela, tales hechos cambiaron rotundamente la armonía del hogar en el que Llevo conviviendo con mi esposa los últimos cinco años, subrayo que ella siempre ha sido firme en su conducta pero paulatinamente aceptó los hechos con resignación no obstante ha sido una buena compañera a la que jamás le he escuchado queja alguna por vivir conmigo, yo en absoluto la tengo de ella pero todavía me cuesta aceptar la situación. Ocurre que ese 23 al levantarme tarde como de costumbre luego de obtener una jubilación poco menos que devaluada, sentí que algo había cambiado, algo que pareció en principio inexplicable y nada bueno, todo el entorno me pareció sumamente alterado: la primera impresión que tuve fue captar el rápido movimiento de mi esposa cada vez que intentaba acomodarse estando dormida, también me llamó la atención el reloj de pared -obsequio de mi madre- cuyo minutero avanzaba más rápido que el segundero de mi reloj, otra más sorprendente fue el desarrollo de las plantas de jengibre y cúrcuma que tengo en el balcón, parecido en velocidad al de las películas mudas, lo que le lleva meses incluso años a la naturaleza lo apreciaba en apenas minutos o segundos. Es algo insólito ver que todo va y viene sin control y sin una palanca o interruptor que pueda disminuir o detener aquello; hasta apreciar la noche o el día es impreciso y por ende conciliar el sueño, a pesar de eso vi la necesidad de despertarla y alertarla pero no pareció asombrarle la noticia, al contrario, lo tomó con calma arguyendo que no quiso despertarme cuando muy entrada la noche en cadena de radio y televisión, alguien había ordenado adelantar el tiempo a partir del alba sin dar explicación, decretando que desde ese momento un mes se reduciría únicamente a cuatro días. Debo confesar que entiendo los cambios de hora por aprovechamiento energético y hasta político, incluso he sido testigo de indiscreciones públicas e injusticias, pero jamás imaginé hasta dónde alcanzaban los poderes de alguien; por momentos cerré los ojos quedándome inmóvil después de escuchar atentamente la explicación, para así poder pensar rápidamente porque era la única manera “apropiada” de hacerlo. Alguien de alguna manera ha logrado que todo termine rápidamente: la necesidad de empleo, el sueño placentero, las comidas, las medicinas, las empresas, la capacidad de asombro, ya nada se considera embarazoso porque la genial idea permite que apreciemos sólo la escasez ya que es la que prevalece, dejando una sensación de vacío, tristeza y desconcierto. Sólo una mente aviesa y de otro mundo pudo concebir algo tan asombroso, lograr que un mes sea posible en tan corto tiempo o que sólo cuarenta y ocho días se necesiten para que transcurra un año, quién lo imaginaria, por donde quiera que se mire sería algo inconcebible en cualquier época y país exceptuando el nuestro por supuesto. Pero no todo queda allí, hay más dentro de todo esto.

La casa que habitamos es espaciosa y fácilmente se pueden acomodar diez personas, por ello su mantenimiento sería algo complejo de no contar con nuestro esfuerzo y es que a pesar de ello ninguno desea que alguien ajeno se encargue de la limpieza o de preparar la comida ya que compartimos todo con gusto, pero desde ese día al no poder conciliar el sueño nuestras labores han mermado. Mi hijo es indiferente a todo lo que sucede, es un niño como cualquier otro salvo que prefiere leer a jugar, no aspira sino a ser niño, es lo que dice sin titubear cuando se le pregunta.

Una tarde contemplé el refrigerador desde la silla del comedor y sin duda la mayoría del tiempo estaba vacío, no importaba la velocidad ni las veces que intentáramos introducirle artículos, siempre permanecía igual. Y si es de los cumpleaños ni hablar, han resultado ser monótonos, las tortas ya no nos entusiasman además de volverse costosas y difíciles de hacer por desaparecer los ingredientes básicos, los únicos contentos son mi perseverante hijo con sus cada vez más exigentes solicitudes bibliográficas y claro ese alguien, que con su maravillosa idea nos ha hecho el favor.

 

Espejos opuestos

(..) hoy, al cabo de tantos y perplejos años de errar bajo la varia luna, me pregunto qué azar de la fortuna hizo que yo temiera los espejos.

Jorge Luis Borges (1899-1986)

“Los espejos”-fragmento-

 

A mi hija.

 

La dama contempló sin vanidad su insondable reflejo, había llegado al punto de no retorno, la experiencia enseñó que cada paso debía ser asimilado para evitar decepciones o recaer. Tomar decisiones a priori significó pagar un alto precio, otro camino, otra decepción. Cansada de arrepentirse anheló encontrar algo viable que no lastimara ni la hiciera perder tiempo. No todo está escrito, ansió colmar su vida de provecho, de algo con dirección y sentido, disímil. Miró en su reflejo lo infinito a través del opuesto, la paradoja de la vida, llena de formas efímeras, fieles e inolvidables. Contempló en lo infinito los días del tiempo, repitiendo errores con resignación pero con la ventaja de corregirlos, porque suyo el origen, suya la decisión, suyo el último reflejo, suyo alguna vez el tiempo que al final reclamó su espacio: Ausencia.     

 

 

 

La Beatriz 2017